Historia de Santa María de Jesús Sacramentado Venegas

INFANCIA Y JUVENTUD DE SANTA MARÍA DE JESÚS SACRAMENTADO VENEGAS

En la Tapona ranchería perteneciente a la cabecera municipal de Zapotlanejo en el estado de Jalisco, nació María Natividad un martes  8 de septiembre de 1868 siendo la hija décimo segunda del matrimonio de Don Doroteo Venegas Nuño y María Nieves de la Torre Jiménez; fue bautizada el 13 de septiembre del mismo año a los apenas cinco días de haber nacido, por el Padre José María de Anda quien le impuso el nombre de María Natividad por haber nacido el día en que la iglesia celebra el nacimiento de nuestra Señora la Virgen María.

Su infancia la vivió de manera  inestable debido a la caridad que ejercía su padre al desprenderse de sus bienes viéndose en la necesidad de irse a vivir a San Leonel, Las Varas, Mecatán y San Pedro Lagunillas. En este último lugar aprendió a leer, escribir y a contar además de lo que su padre le enseñaba como la métrica para hacer versos y así en ella crecía el gusto por la poesía; mientras tanto su madre le enseñaba el catecismo, oraciones, los mandamientos y le hablaba de Jesús. A la edad de nueve años tuvo su primer encuentro con Cristo al llevar a cabo su Primera Comunión en la Parroquia de San Pedro Lagunillas.

A la edad de 42 años muere su madre, causándoles a María Natividad y a sus hermanos  una inmensa  tristeza y surge la idea de partir para Compostela en Nayarit donde también fallece uno de sus hermanos llamado Higinio. Don Doroteo decide enviar a Natividad y sus hermanos  a Guadalajara y se despiden por última vez de su padre sin saber que jamás lo volverán a ver. El señor Doroteo Venegas Nuño muere en el año de 1887 en Tepic, Nayarit.

Después de Guadalajara siguieron su trayecto para establecerse en Los Zorrillos perteneciente a la jurisdicción de Zapotlanejo en Jalisco y quedar al cuidado de su tío don Donaciano Venegas y su esposa. Estando  aquí vinieron para María natividad días de dolor y martirio, no obstante, después de haber quedado huérfana se comprende el dolor inmenso que sintió al cerciorarse que su padre había muerto. Aquí  mismo se desarrolló la vida de María Natividad, el Divino Maestro la llevó paso a paso de la inocencia, niñez y juventud al  claustro.

Hay algunas anécdotas que relatan y dan a conocer algo de su espíritu, de su forma de ser.  Al vivir Natividad en Zorrillos, los padres de familia se reunieron y fueron a suplicarle diera clases escolares a sus hijitos; ella amaba grandemente a los niños y pensó desde luego en aceptar el compromiso, pero Adelaida su hermana le advertía diciendo que los niños eran traviesos y ruidosos, mas María Natividad la convencía diciendo: “Pobrecitos, no saben leer, déjalos que vengan, mira, yo los enseño y tú los regañas”.  Se dice que ella al contemplar a un pequeñito caminando admiraba la omnipotencia de Dios pues creciendo, creciendo llegaría a ser toda una “persona”.      

Otra anécdota narra  que mientras  Natividad se dedicaba a leer historietas sagradas y ejemplos escogidos a escribir y rezar, su buena hermana Adelaida estaba a cargo del cuidado del hogar y se lamentaba con su padre diciéndole: “Papá, dile a Natividad que me ayude, ella solo está rezando y escribiendo,   entretanto a mí me deja todo el cuidado de la casa”, a lo que su padre argumentaba con tono profético: “déjala hija ella lleva el oficio de María y tú el de Marta”.       

Desde siempre se destacó en María Natividad el deseo ardiente por lo que es de Dios, por acudir constantemente a la Eucaristía y comulgar, así como estar horas ante Jesús Sacramentado, mostrándose amorosa con los demás, sencilla,  humilde y caritativa. Sus momentos de tristeza terminaron, pues escuchó el llamado del Señor y siguió sus caminos e ingresó a la Asociación de Hijas de María entonces muy floreciente en Zapotlanejo el 8 de diciembre de 1898.

Por otro lado  en San Sebastián de Analco se encontraba la Casa de Ejercicios Espirituales y asiduamente se organizaban tandas de  ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola y fue el turno de la Asociación de Hijas de María en el mes de noviembre de 1905, acudiendo cuatro señoritas  de Zapotlanejo entre ellas María Natividad por sugerencia del Padre don Antonio González. Los Ejercicios fueron impartidos por el Padre Sotero Mireles el entonces capellán de San Sebastián.

Justamente al terminar estos ejercicios espirituales, María Natividad decidió entrar de religiosa. Recibió varias invitaciones para ingresar a comunidades canónicamente aprobadas como las “Carmelitas Descalzas de Santa Teresa”, “las Salesas” o con “las Siervas de los Pobres”  fundadas recientemente en el Hospital de la Santísima Trinidad, pero los designios de  Dios eran que tomara parte muy principal en la fundación de un nuevo instituto: el de las “Hijas del Sagrado Corazón de Jesús” y así la Providencia Divina llevó delicadamente en la fiesta de la Purísima Concepción de María a Natividad hasta las puertas del Hospital del Sagrado Corazón un 8 de diciembre de 1905, en Guadalajara.