Frases de Santa María de Jesús Sacramentado
“El humilde conocimiento de tí mismo
es el más
cierto camino para llegar a Dios”
Esta
frase que Santa María de Jesús Sacramentado repetía (que vivió), es el inicio
de todo camino espiritual que se quiera emprender, puesto que, el conocimiento
propio nos lleva a alcanzar la virtud de manera más fácil. Si uno conoce al
enemigo es más fácil de vencerlo, si no, el tiene la misma ventaja de ganar o
de perder que yo.
En
los grados de perfección que Santa María de Jesús Sacramentado tiene como
camino hacia Dios, hace mención de este conocimiento y cómo debe ser tratado en
la vida personal, son cuatro grados específicos donde la perfección se puede
alcanzar por medio de este conocimiento: 1º
Conocimiento perfecto de nuestros defectos, o de nosotros mismos; 2º Ya
conocidos una lucha sobre nosotros mismos; 3º Temor grande de nuestras faltas;
4º Temor grande de nuestra fragilidad. El temor sobre nosotros mismos versa
sobre el amor a nuestro Señor Jesucristo que nos da vida y es que, seguirle
implica tomar su palabra y hacerla en mi vida. El temor sobre nosotros, trata
sobre ese conocimiento de nosotros mismos y de una lucha constante para que
muera el viejo yo y darle vida a Cristo en mis acciones y en mis relaciones con
los demás. Sabiendo nuestra fragilidad y de lo que es capaz de llegar a ser,
tiene como finalidad de reconocer anticipadamente nuestras faltas para no caer
de manera desprovista o inconsciente, sino que todas nuestras acciones están
gobernadas por nuestro “yo”.
El
humilde conocimiento es la verdad sobre mi mismo, sobre mi condición y sobre
todo: mi posición en este mundo. Tener conciencia de ser criatura y verse con
los ojos de Dios. El conocimiento personal es el camino a una nueva aventura,
el inicio de la autentica y verdadera vida. Conocerse a uno mismo es conocer
más de cerca a Dios. Llevar una vida con argumento y propósito; saber en donde
se está y en que estamos parados. En la vida espiritual no cabe la ingenuidad y
el azar, sino que es fruto de un constante trabajo sobre “nosotros mismos”, es
un crecimiento y perfección; es modelar mi semejanza con el creador y proyectar
su imagen. La vida espiritual tiene una finalidad: “sed perfectos como vuestro
Padre es perfecto” (Mt. 5, 48). Es así que, el humilde conocimiento de nosotros
mismos es camino que nos lleva a Dios, es la puerta que nos anticipa la vida
nueva y cielos nuevos.
“Véncete y vencerás, vencerás si te vences”
Las
frases de Santa María de Jesús Sacramentado que repetía a lo largo de sus días, fue su recorrido espiritual. Son frases rectoras que
modelaron su persona y su trato con los que le rodeaban. Fue su camino al cielo.
En la vida de Santa María de Jesús Sacramentado vemos muchos ejemplos
admirables de caridad, de amor y de servicio los cuales fueron fruto del
incasable ejercicio espiritual que realizó a lo largo de su vida.
En
la vida espiritual hay muchas luchas que hay que enfrentar --si queremos verla
como lucha, pero hay otras maneras de verla, como una carrera que hay que ganar
(San Pablo), como camino que hay que recorrer, etc. El mayor enemigo que
tenemos que enfrentar es a "nosotros mismos", eso que soy, la actualidad de la
conciencia. Ya dice Nuestro Señor en el evangelio "todo lo malo sale de nuestro corazón" (Cfr. Mc 7, 20-22) y todo aquello que de nosotros mismo nos aparte de Dios. Ya
otra frase nos hace referencia al humilde conocimiento de nosotros mismos como
camino hacia Dios.
La
frase, primero hace referencia al “Véncete” segunda persona del singular “tu
véncete” vencer quiere decir según el diccionario de la Real Academia Española:
sujetar, derrotar o rendir al enemigo. El enemigo al que hace referencia es
precisamente a la persona que acoge esta frase en su corazón: yo soy mi propio
enemigo al cual tengo que vencer, rendir y sujetar. Vencer la propia voluntad
para que se haga Cristo en mí y en mis acciones. Y es que, no es una lucha al aire y sin
objetivos, el amor a Cristo es el objetivo: vencer todo aquello que me
aparta de Él, "que Él crezca y que yo disminuya" (Jn. 3, 30).
Es
una lucha constante con nosotros mismos, porque no es cambiar de personalidad
ni tomar actitudes beatas o angelicales, sino de perfeccionarnos en nuestro
amor, en aquello que verdaderamente somos y tomar lo que en verdad somos. La
vida espiritual requiere de mucha autenticidad y sinceridad ante nosotros
mismos, sobre todo de mucha humildad. Dios no pide nada de extraordinario de
aquello de lo que somos o de lo que nos ha dado. El vencimiento esta en tomar una vida autentica
delante del “sí mismo”, del “mí mismo” para glorificarle con mis acciones y así
dar testimonio de su amor y de su verdad. Para así, proclamar su grandeza (Lc. 1, 46).
“El
que medita en la Pasión
de
Nuestro Señor Jesucristo se santifica”
GRADOS DE PERFECCIÓN
2. Ya conocidos una lucha sobre nosotros
mismos.
3. Temor grande de nuestras faltas.
4. Temor grande de nuestra fragilidad.
5. Constantemente corrijamos nuestros
sentidos.
6. Grande fortaleza y paciencia en nuestras
tribulaciones y sufrimientos.
7. Evitar varonilmente todo afecto
desarreglado a personas o cosa que nos acerque al pecado.
8. Que lleve en sí la Cruz de Cristo: Este
grade tiene 4 brazos:
1.Combatir los vicios.
2. Abandono da los bienes temporales.
3. Abandono a los afectos carnales.
4. Desprecio de sí mismo.
9. Un continuo recuerdo de los beneficios de
Dios.
10. Estar en oración continua día y noche.
11. Un grande y ferviente deseo de que Dios
sea conocido, amado, en todo el mundo, con el buen ejemplo, y siendo humilde
puedo hacerlo yo.
12. Gustar y sentir la Divina dulzura.
13. Tener piedad de todo el mundo, la
caridad, la caridad y la humildad universal, son la verdadera virtud.
14. Constantemente volverse a Dios y
glorificarle.
15. Perderse, consumirse en Dios.
SOY NADA....
“Oh dulcísimo Jesús mío,
crucifícame contigo en la Cruz,
clava en ella mi cuerpo
y mi corazón al tuyo”
Comentarios
Publicar un comentario