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Mostrando entradas de 2017

Después de la lluvia

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Se oye caer la noche y con ella el chirrido de las ranas. Polifonía oblicua: cercas, lejos, al lado, allá. Unos sonidos son diálogos, otros melodías. El frescor de la noche: agradecimiento, oración, canto... era aquella sinfonía nocturna en clave de ranas, de luciérnagas y de grillos. Apartado y lejano de mi infancia, polífonos sonidos imperceptibles. Agobiado por la carga cotidiana me olvidé de este espectáculo nocturno. La ciudad no solo tapa las estrellas, también mis sentidos para no experimentarme y borra el acceso a la memoria del lugar donde crecí. Hoy... pude reconocer estos sonidos en mi interior. El sonido de polifónico de diversos animales estaba en el pentagrama negruzco de la noche. Me conectaba con aquellos días de lluvia, con aquel lugar de chirridos y de música de ranas.

El objeto indirecto de la sociología

Samuel Hernández Vázquez Roberto Blancarte en el periódico Milenio el martes 2 de diciembre (2014) publicó una nota sobre la muerte de Émile Poulat, sociólogo francés, especializado en temas de religión, específicamente, sobre el estado laico. Roberto Blancarte, además de enfatizar su relación con Poulat, su influencia intelectual y los temas en común, termina con una frase que a simple vista me hizo dudar: “Eso como Dios, es irrelevante en términos sociológicos”.  Desde mi lectura “eso” se refiere al énfasis de los aspectos personales de su vida, cosa fútil, de poco aprecio o importancia. Pero sobre todo “eso” se refiere a las “convicciones personales”, que resultan fútiles para ciencia. En sociología no se habla de Dios, ni mucho menos es su objeto. La sociología trata sobre las relaciones de las personas y los sentidos que dan a esas relaciones, a las instituciones, al mundo. Hablar de Dios directamente a la sociología no le corresponde. Sin embargo, sí puede hablar del sen

Consumo cultural en Zapotlanejo, Jalisco.

El sábado 11 de febrero de 2017 se presentó en concierto el grupo de rock UNO OTTATIVIPI, en la plaza principal, a un lado de la casa de la cultura de Zapotlanejo. Sin duda alguna, el grupo causó sensación y revuelo en el gusto de espectadores, pequeños círculos sociales de la población. El evento aunque auspiciado por la casa municipal, recreó y ambientó bajo la luna llena con canciones clásicas y propias del grupo. Fuera del marco pautado y la poca interacción constreñida por el espacio público, la presentación fue un espectáculo extraordinario para los lugareños. Con motivo de este evento quisiera reflexionar en torno a la cultura popular, esta vez, no para su defensa, sino para hacer una crítica a los consumos culturales de los grupos juveniles de Zapotlanejo. El consumo musical de las mayorías es por excelencia la música regional o la banda, norteño (en sus diferentes evoluciones actuales), y el reguetón, gusto regionalizado en nuestro país. Estos estilos musicales construyen