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  Exabruptos de calles Las calles de Mexicali, si les contara, están hechas de forma egoístas. Hechas para nadie. Esa retícula casi perfecta esconde el odio de no ver a nadie. Encerrados en habitaciones tan frágiles como el transeúnte. Hay que esquivar mil y mil quebrantos caminando por Mexicali, ciudad de ególatra. Trasladados por autos traídos del otro lado. Movimientos acorazados con naves espaciales para no encontrarse cara a cara, para desaparecer al transeúnte.
  Mente obtusa La espiral se va haciendo infinita, cada paso pareciera el mismo que precedió como un GIF ad infinitum. Laberintos que lleva al mismo lugar, caminos que topan con reminiscencias y experiencias ya vividas. Así es una mente obtusa, ególatra por principio que, aferrada con tentáculos multicolor, se adhiere y conecta a la conciencia, sin antelación, sin presentación. El tiempo petrifica las conexiones, como cuando se endurece el cemento bajo el sol. A veces cuesta trabajo respirar. A veces la repetición de eventos obliga la parálisis, al entumecimiento de todas las extremidades. Petrificadas, duelen. Entre la inmovilidad y la succión de forma simultánea intensifican el dolor directo en la conciencia. Técnica sutil, imperceptible, evanescente pero no menos real y punzante. Incisivo, sistemático ataca las neuronas, adormece y despierta, como la anestesia donde intervienen con artefactos puntiagudos para cortar, separar, desprender, causar dolor. Dolor de apego, petrificado e
  Asalto a la memoria  Con ansias camino de querer encontrarte. Me niego, niego con razón, olvido. Escondido, discreto:  me asalta el recuerdo ,  la memoria te oculta. Así pequeño y escondido como el niño sorprendido en la masa. Así, en el olvido, te vi lábil y atrevido. ¡Quise gritarte y actualizarte! Pero en la distancia abismal reconocí esa pequeñez. Así te dejé lábil y nimiecido, inmóvil y pensativo. Así te olvidé  como la hierba consumida por el sol, el invierno y el camino recorrido. @muelcoco

Religión y Doble A: Cosas por limpiar

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  Samuel Hernández Vázquez En torno a la serie Cosas por limpiar se han realizado reseñas desde distintos puntos para abordar su contenido. Las formas de pobreza del capitalismo del siglo XXI en las grandes sociedades se ha vuelto un tema para las productoras de entretenimiento streaming. La pobreza es la ventana para mostrar a los sujetos vulnerables víctimas de las instituciones económicas, sociales y políticas del sistema capitalista: las mujeres. La serie capta la difícil situación económica que acompaña la violencia contra la mujer y sus instituciones patriarcales. Una serie que adapta la novela Maid: Hard Work, Low Pay, and a Mother’s Will to Survive de Stephanie Land. Publicada en 2019, el libro narra las vivencias de su autora luego de salir de una relación violenta y vivir casi en la indigencia con una hija pequeña, llevándola a obtener varios trabajos como asistenta de limpieza en hogares de familias de clase alta (Lomelí, 2021). Con este preámbulo me gustaría enfocar a

Campo y ciudad

 Las ciudades son espectaculares. Hay muchas más ocupaciones que en la vida del campo. La vida campesina refiere a una actividad agreste y rudimentaria. Mientras que la vida urbana concentra a la nobleza, el culto y la actividad política por excelencia. Lo rural circunda la ciudad, es una extensión de la naturaleza –poco intervenida por el hombre. Otros también lo refieren a una parte con poco “desarrollo”, en cuanto a bienes y servicios. La relación campo/ciudad delimita fronteras para habitar ciudades, pueblos, barrios. Nadie está exento de un topónimo, todo humano nace justo en un lugar (coordenadas espaciotemporales). Yo crecí en zonas limítrofes, en las orillas de un pueblo y la actividad familiar era el campo, agricultores y ganaderos, muy común en la región. Si no hubiera vivido en zonas limítrofes no me hubiera enamorado de la ciudad. Como bien dice San Agustín: “Nadie ama lo que no conoce”.   A mi edad, visité la ciudad una o dos veces, nunca fueron placenteras por el ruido,

Espiritualidad

  La espiritualidad es tan necesaria en nuestro tiempo, como la ética y los valores, pero se han relativizado, diversificado y fragmentado. La modernidad lo ha individualizado al estilo de las monadas de Leibniz o la espuma de Sloterdijk, todos los ámbitos y todas las dimensiones: política, religión, sexualidad, nacionalidad, economía, todas. Necesitamos, mas que nunca, de la espiritualidad, una que nos ayude a no sacarnos los ojos y los dientes, que no nos deje en aislamiento y en la dominación-subordinación draconiana capitalista. La espiritualidad es la forma de ser de cada individuo. El talante que se refiere a la disposición natural del ánimo de una persona. Algunos le llaman individuación, singularidad y especificidad personal, lo que en verdad nos hace diferentes. La diferencia es un rasgo característico del ser, bajo el principio metafísico de no identidad: nadie puede ser y no ser al mismo tiempo. Sin embargo, la espiritualidad no es algo dado por el ser, sino aprendido. Tie

Religión bajo pandemia

A un año de la pandemia y pareciera que la salida todavía no está a la vuelta de la esquina. Sobre todo, para la Iglesia católica, que tardará en reponer sus filas. Eventos masivos, fiestas, romerías y peregrinaciones se cancelaron el año pasado. Los festejos de navidad hicieron estragos, al menos aquí en el estado de Jalisco. La reunión para las familias tradicionales de 12 a 15 hijos fue el principal detonante para la propagación del virus.   Los fieles se resguardan en las redes sociales que dan vida a ciertas celebraciones: grupos de WhatsApp, canales de Facebook y YouTube. Las medidas de sana distancia, cupo del 50% mantiene en opacidad las celebraciones, acentuándose ahora que comienza la Semana Santa. El año pasado las celebraciones se realizaron sin presencia de fieles bajo las disposiciones oficiales nacionales como del estado de Jalisco. Este año las celebraciones se modificarán conforme a la situación actual de la pandemia. Sí se realizarán, pero con salvedades: “entre qui