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Mostrando entradas de 2024

¡Viento!

  ¡Viento! Me tomó e hizo más liviano mi camino. Lo sentí justo cuando soltó la fuerza de mis pasos, el peso de mi cuerpo, y la negrura de mis pensamientos. El sol caló y la conciencia apareció, esa gratuidad de la infancia, de las cosas, de la vida. Incierto, asido a mis fuerzas caminé, seguí cierto trayecto. Siempre que me tomas, me sostienes como papalote o águila. Así en un instante eterno, sentí que moría. Me tomas, levantas y transportas como la gratuidad. ¡Llévame tú, oh viento, por tus aires! Que mis pasos pesan y se hunden en la tierra. ¡Salve! Llévame y llévate mis pensamientos. @muelco
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  Te llevas y no aguantas   Las redes sociales (RS) son una extensión de nuestra vida que nos liga a una identidad en entornos virtuales. La materialidad de la identidad es el cuerpo, el número de identificación que nos proporciona en Estado y todas las acciones que se imputen haber realizado. Como si fueran mundos distintos: cielo o infierno. Sin embargo, todavía no hay una incisión radical que permita actuar de forma indistinta. Así como no se puede separar la mente del cuerpo, tampoco se puede separar el “yo real” del “yo virtual” (la identidad construida por la RS).     Los medios de comunicación tradicionales o analógicos (radio, televisión, cine), mantuvieron una correspondencia entre el yo real y su yo virtual (a pesar de escándalos e inconsistencias). Hoy parece  problemático   con el uso masivo de la RS, porque no hay tal incisión y muchos actúan como si fuera una realidad alterna. Afortunadamente las leyes aseguran tal unidad, la acció...
  Exabruptos de calles Las calles de Mexicali, si les contara, están hechas de forma egoístas. Hechas para nadie. Esa retícula casi perfecta esconde el odio de no ver a nadie. Encerrados en habitaciones tan frágiles como el transeúnte. Hay que esquivar mil y mil quebrantos caminando por Mexicali, ciudad de ególatra. Trasladados por autos traídos del otro lado. Movimientos acorazados con naves espaciales para no encontrarse cara a cara, para desaparecer al transeúnte.
  Mente obtusa La espiral se va haciendo infinita, cada paso pareciera el mismo que precedió como un GIF ad infinitum. Laberintos que lleva al mismo lugar, caminos que topan con reminiscencias y experiencias ya vividas. Así es una mente obtusa, ególatra por principio que, aferrada con tentáculos multicolor, se adhiere y conecta a la conciencia, sin antelación, sin presentación. El tiempo petrifica las conexiones, como cuando se endurece el cemento bajo el sol. A veces cuesta trabajo respirar. A veces la repetición de eventos obliga la parálisis, al entumecimiento de todas las extremidades. Petrificadas, duelen. Entre la inmovilidad y la succión de forma simultánea intensifican el dolor directo en la conciencia. Técnica sutil, imperceptible, evanescente pero no menos real y punzante. Incisivo, sistemático ataca las neuronas, adormece y despierta, como la anestesia donde intervienen con artefactos puntiagudos para cortar, separar, desprender, causar dolor. Dolor de apego, petrifica...
  Asalto a la memoria  Con ansias camino de querer encontrarte. Me niego, niego con razón, olvido. Escondido, discreto:  me asalta el recuerdo ,  la memoria te oculta. Así pequeño y escondido como el niño sorprendido en la masa. Así, en el olvido, te vi lábil y atrevido. ¡Quise gritarte y actualizarte! Pero en la distancia abismal reconocí esa pequeñez. Así te dejé lábil y nimiecido, inmóvil y pensativo. Así te olvidé  como la hierba consumida por el sol, el invierno y el camino recorrido. @muelcoco