¡Viento!

 

¡Viento!

El viento me tomó e hizo más liviano mi camino.

Lo sentí justo cuando la fuerza de mis pasos, el peso de mi cuerpo y la negrura de mis pensamientos se disiparon. 

La conciencia apareció cuando el calor del sol quemaba la piel, como la gratuidad de la infancia, de las flores y de la vida.

Incierto caminé asido a mis fuerzas.

Como papalote o águila me sostienes. Así en un instante eterno, sentí que moría.

Me tomas y levantas con gratuidad. 

¡Llévame tú, oh viento, por tus aires!

Que mis pasos pesan y se hunden en la tierra.

 ¡Viento llévame! 

Llévate mi sufrimiento.


@muelco

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