Atisbos del corazón
¡Azul! No se que color... Cada mañana se torna obscura, mis habilidades todas están opacas, mi cuerpo está en constante tensión. El ruido mundanal ha tronado mis oídos. Una sensación de mediocridad corre por mis venas. Vomito constantemente. Deseo muchas cosas, de las cuales... egoísmo es lo que me queda.
Mis ideas están sumidas y atrapadas, no salen. Atrofiado, atascado de vida, hartura, colage de muerte. No hay claridad. Sombra, abismo. No hay lugar vacío, todo está ocupado, harto; no hay lugar a donde ir, ni en la imaginación: ¡prostituta mundana! Vomito. De tanto expulsar excremento mal digerido encuentro un punto de apoyo: ¡Mañana será otro día!
Samuel Hernández Vázquez
Samuel Hernández Vázquez
Comentarios
Publicar un comentario