(Des)Sacralización de las redes sociales en tiempos de pandemia


Las recomendaciones de permanecer en casa no se dejan esperar tras la inminente amenaza de la pandemia del Covid-19. Las herramientas que ofrece el internet ha sido una alternativa para acompañar y sobrellevar el encierro. En las redes sociales se ha incrementado la producción de contenidos para el entretenimiento, la formación, lectura, la oración, entre otras más.
El domingo inundaron las redes sociales: misas y devociones religiosas de católicos. Sabíamos de los canales de paga, los eventos conmemorativos en televisión abierta, pero nunca misas en Facebook. La pandemia lo amerita, la sensación de temor llama a rociar con agua bendita estos espacios. “Las misas serán sin fieles”, se notifica a la población, por disposición del arzobispo de Guadalajara en toda su jurisdicción,  e invita a “difundir por las redes sociales la celebración”. Si las celebraciones están normadas, por qué no el comportamiento en el hogar a la hora de la transmisión.  
El espacio virtual de las redes sociales es un espacio politizado, comercializado y privatizado, pero ahora des-acralizado, secularizado y público siempre con un exceso de información donde multitudes aprueban (lovers), desaprueban (haters) o ignoran contenidos, que en su mayoría pasan desapercibidos. La indignación es un sentimiento colectivo que nos lleva a usar las redes para agredir como los casos que Ana María Olabuenaga analiza en su tesis de maestría: Linchamientos digitales. Los lovers son parecidos más a los fans de los artistas, a seguidores de los que recibes “Likes”, muestras de aprecio y cariño. Además, es un espacio de usuarios críticos, sectorizados por región, clase social, género, edad y nivel educativo y consumo digital.
La secularización de la esfera religiosa en la sociedad se manifiesta sobre el uso, el juicio y la apreciación de las masas de los tres símbolos sagrados más importantes del catolicismo: El Papa, la Virgen María, y la Eucaristía. Dos de ellos han pasado por la criba del dictamen, la Virgen María resiste a diario gracias a sus lovers de ataques de sus haters, separando a ambos bandos por canales distintos. Un buen ejemplo es la virgen de Guadalupe el día de su fiesta donde haters y lovers se manifiestan con sus expresiones particulares de odio o de amor y devoción, que a veces ni se tocan.
El símbolo católico secularizado con mayor rapidez y que no se ha salvado del meme es el Papa. Benedicto XVI y Francisco han sido objeto del entretenimiento de las masas. Basta con poner la palabra “memes del papa” en la barra del buscador de Google y encontrar cantidad de memes sobre los pontífices. Sin dejar de lado los actuales sobre el papa y el coronavirus: “El manotazo”. La eucaristía es el símbolo más sagrado para el catolicismo, había permanecido ausente en el espacio virtual, pero ahora, con la pandemia, las devociones y las misas abundan en las redes sociales. Veamos ¿qué reacciones tendrán los lovers y los haters? ¿qué tendencia tendrán? ¿cómo tomarán este contenido de las redes sociales en tiempos de pandemia? Acá algunos en tendencia.
@muelcoco

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